LA CANCIÓN

 

Había una vez una canción, atrapada dentro de una guitarra. Quiso salir pero no pudo sin ayuda de un guitarrista. Pero su guitarrista estaba muy deprimido porque eran tantas cosas malas en su vida, y por eso, no tocaba su instrumento. Y la canción, en su soledad, llegó a estar triste, y eventualmente, cayó dormida.

 

El guitarrista andaba todos los días, pasando la guitarra y oyendo un sonido amortiguada que echó de ella, pero no podría entenderlo. Confundido, todavía deprimido, dejó la guitarra tumbando en el caso.

 

Afortunadamente, el guitarrista tuvo un gran amigo, otro guitarrista, y este amigo le visitó un día -- llevando consigo su propia guitarra.

 

-- Mira, estaba pensando en ti, ¿donde has estado?

-- Pues, de veras. No me siento bien porque no hay nada que está andando bien para mí reciente.

-- Por eso, tengo cura. Consiga tu guitarra; podemos tocar y te prometo, vas a sentirte mejor.

-- No, no quiero hacerlo.

-- Por favor.... en el nombre de nuestra amistad.

 

Y el guitarrista decidió, pues, por que no... es mi buen amigo. Es lo mínimo que le debo.

 

Afinaron sus guitarras y los dos empezaron tocando. Encontrando armonías bonitas, de repente el guitarrista echó su ceño al viento. Y cuando ese milagro ocurrió, la canción que estaba descansando, triste, dentro de su guitarra se despertó, se floreció con una gran alegría y voló -- sonriendo también,

 

Los dos guitarristas tocaron más y más; la canción creció más y más alegre, y entonces los músicos oyeron otros sonidos.... los sonidos de zapatos en claqué en el patio afuera, y aplaudiendo de las bailarinas.

 

La canción vivió felizmente para siempre en los corazones de todos que la oyeron -- Y la depresión del guitarrista fue curado. Y desde entonces, si escuche con tu corazón, puedes también oír esta canción, porque ahora, es donde vive.

 

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